Hola. Mi nombre no es Sebástian; espero que sepais comprender la necesidad de utilizar un seudónimo.
Desde hace casi 25 años he notado el tormento de sentirme un bicho raro. De disfrutar con cosas por las que deberia sentir vergüenza solo pronunciar o imaginar.
He tenido varias relaciones de pareja con distintas chicas y, con casi todas, he disfrutado, tanto de llevar una vida normal, como de practicar un sexo de lo mas comun... Llevo algunos años con mi actual (y espero que definitiva) pareja. Una persona un poco mayor que yo, pero con mas ganas de vivir y aprovechar el tiempo que todas las de antes juntas. Sin contar con su belleza incomparable, una inteligencia desbordante y una pasion por hacerme feliz, que me ha dejado atonito en mas de una ocasión...
En nuestros momentos de alcoba, ella me pedía que añadieramos un poco de picante, pero sin excesos... De este modo, las esposas, consoladores, vibradores, vendas, cuerdas, unos cariñosos (pero energicos) azotes en su precioso culo y algun que otro tipo de preservativo especial, formaron parte habitual de nuestros juegos... Esto me hacia feliz, dado que por fin habia encontrado a una persona a la que no le importaba experimentar nuevas sensaciones... pero no todo era un camino de rosas... Fuera de nuestra habitación, nuestra relación se desmoronaba... Habiamos pasado por muchos baches, alguno mas importante que otros, pero la verdad es que las cosas empezaron a cambiar al poco de irnos a vivir juntos.
Bueno, creo que deberia comenzar por el principio, como buen historiador...
Nos conocimos hace unos años, en una entrevista de trabajo (mas o menos...). Los dos optábamos a puestos parecidos en un sector que era totalmente nuevo para ella, pero en el que yo llevaba trabajando algunos años ya, aunque en otra empresa... Los dos fuimos seleccionados para el curso de formación. Si lo superábamos, entrariamos a formar parte de esa gran familia a los pocos meses. Por aquel entonces los dos teniamos nuestra pareja, pero los problemas eran continuos en ambas relaciones... No tardamos en liarnos (apenas 15 dias...), engañando ambos a nuestros respectivos... Pero a los pocos meses abandonamos a nuestras mitades y comenzamos una relación muy apasionada. Por aquel entonces nos amabamos cuando podiamos. Y al ser contratados los dos, pensamos que era hora de dar un pequeño paso mas adelante, e irnos a vivir juntos.
Las cosas cambiaron drasticamente. En solo unos años, ambos nos volvimos mas cretinos e independientes de lo que al otro le gustaria... o eso creia yo... Hoy he comprendido la verdad de nuestra situación, gracias a unos articulos publicados en Mi diario de esclavo, y he conseguido cambiarla para mejor... para mucho mejor...
El caso es que, al parecer, cuando empezamos, como casi todas las parejas, nuestro nivel de excitación era continuo y dado que no podiamos tener cama continuamente, mi testosterona estaba por las nubes a diario, la cual actua como deshinibidor (como el alcohol) y te hace decir y actuar con tu pareja como realmente quieres tratarla. Todo eran caricias, besos, cama (cuando podiamos..), etc... Y no me malinterpreteis, no actuaba así para conseguir mas de lo mismo, sino porque en el fondo lo que mi ser quería era hacer lo mas feliz posible a mi amor.
Esto cambió radicalmente al mudarnos a su casa... Por cuestiones de trabajo pasabamos mucho tiempo separados, con lo cual, nuestras relaciones sexuales se fueron distanciando más. Comencé a masturbarme a menudo (tambien debido a mi cantidad de tiempo libre...). Grave error, ahora lo veo... Esto dejaba mi testosterona bajo minimos, perdiendo progresivamente mi interés por las mujeres, y sobretodo por la mia... (lo siento, cariño...) Me volví más y más independiente, irritable y un poco capullo... Por circunstancias de la vida, el estresante trabajo de ella, los gastos imprevistos, la pequeñas disputas que acababan como la Tercera Guerra Mundial y el ver que no llegabamos a final de mes, aumentó el tiempo entre coito y coito... aumentando proporcionalmente mi grado de masturbación, llegando en estos momentos incluso a 5 o 6 veces a la semana. Como conseqüencia de esto, mi testosterona estaba por los suelos, o incluso a la altura del sotano... Desidioso, perezoso, y sin muchas aspiraciones, esa era, en definitiva, mi actitud... Llegamos a tener algun problema muy serio, que indirectamente, tambien se podría achacar a esto y que no ayudó a mejorar nuestra relación... En algunas ocasiones estuvimos a punto de mandarlo todo a la mierda. El sexo ya era solo de forma esporádica. Imaginaos por donde estaba mi testosterona... Hasta que, navegando por la red, en busca de satisfacción personal, visitando paginas de BDSM, y dominación masculina en general, descubrí la web de la que he hablado antes. Sentía curiosidad por la dominación femenina (FemDom, como la llaman en este mundo) pero nunca creí que pudiera interesarme realmente. Sólo ese punto de morbo, impedía que apartara mis ojos de la pantalla, y de esta forma leí uno tras otro todos los articulos que en su sección de Documentos aparecen (seccion muy recomendable tanto para neófitos, como, creo, que para expertos...). El caso es que pude leer explicaciones sobre como somenter a un hombre, y esto me producía un cierto cosquilleo en el estómago... No quería someter a ningún barón, muy al contrario, me di cuenta de que despertaba en mi interior mi condición de sumiso, por tanto tiempo oculta... Aprendí cosas sobre la castidad masculina que explicaban bastante bien mi comportamiento de los años anteriores... Bueno, en relaidad era mi falta de castidad, que dejaba mi testosterona por los suelos. No voy a ser tan arrogante de hecharle toda la culpa a la química. He de admitir que yo tampoco hacia mucho por intentar mejorar la relación, mas bien, todo lo opuesto; la espiaba (tanto las conversaciones del MSN como las llamadas de telefono y los mensajes), le mentia en repetidas ocasiones sobre un mismo asunto, y, en general, desconfiaba de ella.
Pero, este descubrimiento en mi mismo, supuso una bocanada de aire fresco en mi relacion. Había decidido que no iba a volver a enterrar mis ganas de someterme a una mujer. A mí mujer... Pero como siempre, todo resulta mas complicado de lo que en un principio podria parecer...
Inicié mi transformación al instante. Dejé de masturbarme y esto hizo que la testosterona volviera a fluir libre por mis venas. Esto, junto con la excitacion del nuevo descubrimiento (lo q me hacia producir aun mas testosterona...) cambió mi caracter en poco mas de una semana... Me hizo recordar lo mucho que quería a mi novia, y enmuchas ocasiones, me sentí mal por haber necesitado de algo así para llegar a este punto. Ella pronto descubrió que algo pasaba. El cambio era evidente, ahora todo eran atenciones y alagos. Palabras totalmente reales y sinceras que expresaba mi corazón, deshinibido de tantos años de opresión machista; se un hombre, no llores, juega a futbol, bebe cerveza hasta rebentar... ya no quería eso. Quería estar constantemente al lado de ella, que fuera en todo momento mi centro de atención... Mi reina...
Y por el momento me iba bastante bien con mi servidumbre oculta (no le habia dicho que queria que fuese mi ama. La conozco, y sabia perfectamente como se lo tomaría...) y mi castidad voluntaria. Pero me perdió la boca (o tal vez fuera mi necesidad de no esconderle nada...). Le hablé sobre mi abstinencia y lo bien que me iba con ella, no solo en el aspecto de pareja (la verdad es que me levantaba mas energico por las mañanas, estaba de mejor humor, solo me preocupaba que ella estuviera en una nube gracias a mi y eso me libraba de tensiones inútiles), y, que habia sacado la idea de unos textos de una pagina de la red... evidentemente, quiso leer los articulos.
Aunque en un principio me negué en redondo, ella insitió, alegando que no serían tan fuertes como yo pensaba... (sólo le habia hablado de la parte en la que se hace referencia a la castidad...) y terminé accediendo, al fin y al cabo, que clase de sumiso puede negarle nada a su estrella guia... Como toda esta conversación habia tenido lugar a través del messenger, la dejé leyendo y con una escusa mala, me fuí a mojarme un poco la cara...
A mi vuelta habia leido parte de uno de ellos, el que mas me interesaba a mi, pero por desgracia para mi, le pareció asquerosa la idea. Yo veía natural su postura. No puedes pedirle a nadie, de la noche a la mañana, por muy bien que empiece a portarse contigo, que quieres que le domines. Dejando de lado barreras morales y religiosas, he de admitir que disciplinar a una persona (aunque sea de forma voluntaria) requiere un caracter especial.
Pero yo sentía lo que sentía y, ni estaba dispuesto a cambiar de ama (estoy enamorado perdidamente de mi novia...), ni estaba dispuesto a volver a enterrar a mi yo verdadero, ni, por supuesto, estaba dispuesto a obligar a mi compañera y amiga, a que hiciera algo que no queria, por mucho que yo lo deseara...
De esta manera, después de un tira y afloja de un par de dias, acabamos llegando a un acuerdo en el que los dos saliamos beneficiados. No todo lo que a mi me gustaría, pero con lo que me conformaba de momento. Tal vez dentro de unos años, podriamos volver a replantear este acuerdo, añadiendo nuevas "condiciones".
Básicamente se componía de una serie de "normas de conducta" que yo asumiría. La función de ella, sería únicamente, la que venia desarrollando hasta ahora; como mi novia. No quería ni oir mentar las palabras "ama", "señora", etc... No me daría órdenes. Ni tocariamos el tema del disciplinamiento o el castigo. Realmente, mi sumisión sería mucho mas oculta a su vista. Me controlaria economicamente. Yo me encargaría de todas las labores del hogar, a no ser, que ella, decida abiertamente participar en una. En la cama nos turnariamos los roles, pero sin hacer nada que no hubieramos hecho hasta ahora o que decidieramos los dos probar de mutuo acuerdo...
A parte de estas, me marqué otras cuestiones personales, como despertarme 15 min. antes que ella para prepararle el desayuno que se merece y poder despertarla luego de la forma mas dulce posible... o aprender a dar masajes relajantes y proponerme darle uno todos los dias al volver del trabajo...
Ahora me doy cuenta de que la sumisión es mucho mas que esperar a que tu ama te ordene algo, o te recompense con una buena azotaina. La sumisión verdadera, es darlo todo esperando recibir a cambio solo el amor que tu pareja, ama o amo, te quieran dar. Y eso es lo que me he propuesto, ser el mejor sumiso de todos. Tal vez algun dia, mi pareja, cambie de idea y quiera recompensar mi esfuerzo con alguna zurra... Mientras tanto, la adoraré porque es mi forma de demostrarle mi amor. Por mucho que a ella le pese...
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1 comentario:
Gracias por el consejo... esq cuando me engancho... cuesta mucho separarse del teclado y luego siempre te parece q faltan detalles...
Un besito.
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